Tango Milonga a la Pizza
Por Gato Monge – Amante de la Pizza, la gastronomía y la cultura porteña
En una ciudad donde el tango late en cada baldosa y la pizza humea en cada esquina, era cuestión de tiempo para que estos dos patrimonios sentimentales se cruzaran. Y así ocurrió: una inteligencia artificial compuso un Tango Milonga a la Pizza dedicada a la pizza porteña, con todo el pulso arrabalero de la ciudad que nunca deja de reinventarse entre masas y bandoneones.
Porque Buenos Aires no es sólo Gardel y Troilo, ni sólo El Cuartito y Güerrin. Es todo eso junto, amasado con historia, identidad y queso en exceso.
Y como buenos obsesivos de la muzza —y del compás del 2×4—, sabemos que todo es perfectible. Por eso, esta primera milonga pizzera es apenas el comienzo.
La propuesta: una convocatoria abierta al talento colectivo
Invitamos a músicos, letristas, tangueros, rockeros, cumbieros, raperos y todo aquel que ame la pizza a crear su propia obra musical dedicada a esta devoción redonda.
Puede ser un tango al molde, una cumbia al corte, un trap de mozzarella o una chacarera fugazzetera. El estilo es libre, pero el amor por la pizza debe ser sincero. Queremos darle voz, ritmo y melodía a la pizza de Buenos Aires, que ya es mucho más que comida: es identidad, es memoria colectiva, es cultura barrial.
Tango Milonga a la Pizza
En Buenos Aires, señores,
hay un templo sin igual,
no es iglesia ni convento,
La Pizzería es su altar.
Por Corrientes va girando,
un olor que hace soñar,
muza, faina, fugazzetta,
y un vermú pa’ acompañar.
En La Mezzetta o Güerrín,
en El Cuartito o Banchero,
se amasa el tango y el fuego,
de un país hecho sabor.
¡Ay, qué linda es la pizza, hermano!
Crocante o al molde, un lujo sagrado.
Se llora en su masa, se ríe en su queso,
Buenos Aires la canta con todo su amor.
Si es fugazza, va con temple,
si es napo, lleva pasión,
y en cada mordida arde,
la esencia de mi Corazón.
La muzzarella es un tango,
fundido en el corazón,
y en la pizzería late,
todo el alma del sabor.
¿Por qué una IA?
Porque si la tecnología puede escribir novelas, pintar cuadros y diagnosticar enfermedades… también puede cantar una serenata a la pizza. Le dimos letra, contexto y referencias. Y devolvió una milonga con aroma a horno de barro y nostalgia de bodegón.
¿Es perfecta? No.
¿Tiene swing? Hicimos lo mejor que pudimos
¿Se puede mejorar? ¡Claro que sí! Y ahí es donde entrás vos.
Una pizza se canta mejor entre todos
Este experimento no busca reemplazar al artista, sino provocarlo. Abrir el juego. Inspirar nuevas formas de homenajear esa pizza que nos acompaña en cada festejo, cada desvelo y cada rincón del mapa porteño. Porque si la pizza ya tiene campeonatos, museos, rankings y debates eternos… ¿por qué no tener también su propio repertorio musical?