La Guitarrita Beiró

La Guitarrita Beiró ofrece la mejor pizza en Villa Real, desde su local en Avenida Francisco Beiró 5702. Este rincón pizzero nació del sueño de dos cracks del fútbol: René Pontoni y Mario Boyé. Con más de seis décadas de historia, se convirtió en un punto de encuentro emblemático del barrio.
El local conserva ese espíritu futbolero de sus fundadores. Banderines y camisetas decoran las paredes. Las fotos en blanco y negro cuentan historias de glorias deportivas que pasaron por estas mesas. La vajilla firmada por grandes deportistas suma valor a esta colección única de memorabilia.
La pizza sale del horno de barro como hace 60 años. El secreto está en la masa con prefermento "polish". Cada bollo descansa el tiempo justo para lograr una textura única. El quebracho colorado le da ese toque ahumado característico que los clientes reconocen apenas entran al local.
La carta ofrece desde la clásica Napolitana hasta la sorprendente Ananá con jamón. La pizza rellena Madrileña, con huevo picado y jamón, es la estrella de la casa. Los sabores tradicionales se mantienen intactos. La Panceta a Caballo, con su combinación de muzzarella, cebolla y huevos, es otra de las favoritas de los habitués.
El maestro pizzero Don Jorge Antonio Grillo dejó su huella en cada preparación. Su legado sigue vivo en la pizza que lleva su nombre, una creación única rellena con muzzarella, jamón natural, longaniza y morrón, coronada con provolone gratinado.
Los postres merecen un capítulo aparte. El flan casero con dulce de leche es el broche de oro perfecto. La Chocotorta y el Tiramisú son ideales para compartir en familia. El Banana Split, con sus tres bochas de helado a elección, banana fresca, chocolate caliente y crema chantilly, es una fiesta dulce imperdible.
Los fines de semana, el local se llena de familias y amigos que mantienen viva la tradición de la pizza compartida. El ambiente cálido, el aroma irresistible y el sonido del horno a leña crean una experiencia única que trasciende lo gastronómico. La Guitarrita Beiró es más que una pizzería: es un pedacito de la historia porteña que sigue escribiéndose día a día.