Pizzería Banchero la Boca

Pizzería Banchero Historia y Fundación

Banchero, una de las pizzerías más emblemáticas de Buenos Aires, se estableció en el barrio de La Boca en 1932. La familia Banchero, originaria de Génova, decidió expandir su negocio de panadería para incluir pizzas. El fundador, Juan Banchero, junto con sus hijos Antonio y Agustín, abrió el primer local en la esquina de Suárez y avenida Almirante Brown. Desde sus inicios, Banchero se destacó por su innovación en la cocina, introduciendo la fugazzetta, una combinación de fugazza con cebolla y fugazza con queso.

El Legado de la Fugazzetta

La fugazzetta se convirtió en la estrella del menú de Banchero. Juan Banchero, conocido como "el rey de la fugazza con queso," inventó este plato para mejorar la textura seca de la fugazza tradicional. La pizzería contaba con cinco hornos que operaban continuamente, ofreciendo a los clientes pizza y fainá de manera constante. Esta innovación culinaria solidificó la reputación de Banchero en la ciudad.

Expansión y Popularidad

Aunque Banchero nació en La Boca, su popularidad creció significativamente cuando la pizzería se trasladó a la avenida Corrientes en 1967. El auge del teatro de revista y la vida nocturna porteña impulsaron su éxito en esta nueva ubicación. Durante los años 50, la pizzería se llenaba de clientes, especialmente durante eventos como los partidos de Boca Juniors y los carnavales. La demanda era tan alta que tuvieron que cerrar las puertas para manejar el flujo de personas.

Presencia Actual y Expansión Internacional

Con más de 90 años de historia, Banchero sigue siendo un pilar de la gastronomía porteña. La cuarta generación de la familia Banchero actualmente dirige el negocio, con la sucursal original en La Boca y otras ubicaciones en Pilar y Miami Beach. La pizzería continúa siendo conocida por su fugazzetta y su compromiso con la tradición, atrayendo tanto a locales como a turistas.

Legado Familiar

Banchero se mantiene fiel a sus raíces mientras abraza la expansión. La familia Banchero ha logrado preservar la esencia del negocio a lo largo de las décadas, adaptándose a las nuevas generaciones y mercados. La pizzería sigue siendo un símbolo de la tradición culinaria porteña, ofreciendo una experiencia auténtica y nostálgica para todos sus visitantes.